VERSACE EROS NAJIM PARFUM

Najim, que significa "estrella" en árabe, se expresa en Versace Eros Najim, una fragancia radiante y poderosa que evoca la cálida luz dorada del desierto de Medio Oriente al atardecer. Versace Eros Najim se anuncia con un brillante haz de mandarina amarilla, una vivaz explosión de notas que captura los radiantes matices del cielo del desierto antes del amanecer. El azafrán y el cardamomo, juntos, recuerdan la calidez envolvente de la arena de las dunas, elegantemente equilibrada por la frescura aromática de la salvia esclarea que añade un toque plateado al carácter de la fragancia. Las notas de corazón de Versace Eros Najim revelan una mezcla armoniosa de maderas. El oud y el cedro se elevan majestuosamente, aportando grandeza y estructura. El caramelo entra en juego, suavizando la intensidad de las maderas y creando un equilibrio cautivador entre fuerza y delicadeza. El pachulí y el vetiver, en la base, con su poder profundamente arraigado, infunden a la fragancia una elegancia lujosa. El incienso añade un toque místico e intrigante, mientras que el abrazo seductor del haba tonka envuelve los sentidos. La fragancia se presenta en una botella transparente de color ámbar dorado con grabados de Greca, una Medusa central y un tapón de color bronce.

Najim, que significa "estrella" en árabe, se expresa en Versace Eros Najim, una fragancia radiante y poderosa que evoca la cálida luz dorada del desierto de Medio Oriente al atardecer. Versace Eros Najim se anuncia con un brillante haz de mandarina amarilla, una vivaz explosión de notas que captura los radiantes matices del cielo del desierto antes del amanecer. El azafrán y el cardamomo, juntos, recuerdan la calidez envolvente de la arena de las dunas, elegantemente equilibrada por la frescura aromática de la salvia esclarea que añade un toque plateado al carácter de la fragancia. Las notas de corazón de Versace Eros Najim revelan una mezcla armoniosa de maderas. El oud y el cedro se elevan majestuosamente, aportando grandeza y estructura. El caramelo entra en juego, suavizando la intensidad de las maderas y creando un equilibrio cautivador entre fuerza y delicadeza. El pachulí y el vetiver, en la base, con su poder profundamente arraigado, infunden a la fragancia una elegancia lujosa. El incienso añade un toque místico e intrigante, mientras que el abrazo seductor del haba tonka envuelve los sentidos. La fragancia se presenta en una botella transparente de color ámbar dorado con grabados de Greca, una Medusa central y un tapón de color bronce.